viernes, 4 de enero de 2008

Los primeros síntomas de incontinencia urinaria

Esa es la edad en la que suelen aparecer los primeros síntomas de incontinencia urinaria, la causa principal suele ser la relajación del músculo pélvico después de uno o dos embarazos en el caso de las mujeres. Pero lejos de ser un problema irreversible, puede tener solución con tratamientos de fisioterapia.

Tal como la hemos descrito parece una dolencia exclusiva de mujeres pero no es así, también los hombres la padecen aunque en menor número. Sin embargo en ellos no se da la más usual que es la pérdida de orina debido al realizar un esfuerzo como el toser, estornudar, hacer ejercicio, etc., todo lo que comporte un esfuerzo por parte de la musculatura del abdomen.
Causas directas de esta distensión de los músculos de la pelvis pueden ser el propio envejecimiento del organismo, la dificultad para evacuar o un exceso de peso. En el caso de las mujeres además, como ya hemos mencionado el haber dado a luz uno o más hijos hace que esta musculatura se relaje y después no sea capaz de volver a su estado inicial.

Recomendaciones

No practicar deportes muy fuertes que puedan afectar la zona pélvica como pueden ser aquellos que impliquen saltos bruscos o hacer mucha fuerza de frenado con las piernas como el squash o el tenis.

No vestir con prendas demasiado ajustadas.

Muy importante no retener nunca la orina durante mucho tiempo. Siempre que sintamos ganas de ir al baño debemos ir, es perjudicial retener el líquido en la vejiga horas y horas.

Es fundamental acudir al médico si se observan anomalías cuando vamos a orina. Un síntoma que nos indicará rápidamente que puede haber esta distensión es el hecho de no poder interrumpir el chorro de la orina antes de acabar de orinar. Tampoco debemos notar picor ni escozor cuando vamos al baño ni tener la sensación de tener ganas de orinar cada diez minutos.


¿Es posible curar la incontinencia?
Hoy en día lo que está dando más resultado para curar o aliviar los síntomas de la incontinencia es la fisioterapia, consiste en hacer ejercicios con los músculos pélvicos para fortalecerlos de tal manera que ayuden a contener la vejiga y a retener la orina a nuestra voluntad. Es muy recomendable además de seguir las instrucciones del fisioterapeuta practicar los ejercicios de Kegel asiduamente (ver artículo publicado sobre el tema).

No hay que esperar demasiado tiempo para acudir al médico si observamos cualquiera de los síntomas descritos ya que es una dolencia que aunque no es grave por sus secuelas o por la peligrosidad que comporta en sí, puede afectarnos a nivel sexual impidiendo llevar una vida normal en ese aspecto o incluso a nivel psíquico haciendo que nos alejemos de la gente por miedo al rechazo.

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