viernes, 4 de enero de 2008

Hacer ejercicio sin esfuerzo

Lo primero y fundamental para encontrarse en forma es encontrar un tiempo para dedicar a nuestra relajación, no hace falta perder mucho tiempo en ello simplemente con un minuto al día será suficiente. Un ejemplo para hacerlo sería sentarse en una silla y respirar profundamente conteniendo la respiración unos segundos a la vez que tensamos todos los músculos.
En un segundo pero no menos importante lugar está el hecho de aceptarnos tal como somos, nuestro cuerpo es de una forma y no de otra porque es reflejo del interior. Existen seguidores de una escuela que se denomina la antigimnasia que consiste en conocer perfectamente cada centímetro de tu cuerpo. Parece una falacia, pero cuántas de nosotras conoce su cuerpo centímetro a centímetro, lo cierto es que muy pocas, pasamos por alto muchas de nuestras características físicas sin llegar a conocerlas nunca.

La antigimnasia propone a través de este conocimiento de nuestro propio cuerpo descubrir gestos o posturas que normalmente hacemos sin darnos cuenta y que nos perjudican, para poder eliminarlas. Hay ejemplos muy claros, a veces tensiones musculares pueden aparte de darnos dolores intensos deteriorar nuestro aspecto físico. Si somos capaces de descubrirlas y eliminarlas, tal vez nos veamos mejorados físicamente.

Al contrario de lo que se piensa de la gimnasia tal como la conocemos, si no se practica adecuadamente puede producir daños en los músculos que nada tienen que ver con conseguir un cuerpo diez.

Otra alternativa muy importante al ejercicio tradicional es la práctica del yoga, que proviene de Oriente y que consiste en una serie de ejercicios de estiramientos y realización de posturas destinados a dar flexibilidad y relajación a nuestro cuerpo. Especialmente estaría recomendado para personas que sufren de mucho estrés.

Si lo que pretendes es tener un cuerpo flexible, puedes conseguirlo sin necesidad de romperte en un gimnasio, con dedicar diez minutos al día a unos ejercicios básicos de estiramiento. Te damos unas pautas sencillas:

Levanta los hombros y manténlos levantados durante seis segundos, repitiendo la operación cuatro veces.
De pie con los brazos caídos a ambos lados del cuerpo y los músculos relajados, gira la cabeza primero hacia el lado derecho y aguanta así seis segundos, luego hacia el izquierdo el mismo tiempo. Repite cuatro veces.
De pie frente a la pared, apoya una mano en ella y coge con la otra la pierna del lado contrario estirándola durante diez segundos. Luego cambiamos de lado repitiendo la misma operación con la otra pierna. Repite el ejercicio tres veces.
Tumbado en el suelo con las piernas juntas, estiramos un brazo hacia atrás manteniéndolo así seis segundos. Luego hacemos lo mismo con el otro brazo. Repite tres veces.


Lo efectivo siempre es la constancia, si consigues tener voluntad para practicar cualquiera de las alternativas que aquí te hemos presentado, podrás disfrutar de un cuerpo bonito, flexible y fuerte sin necesidad de esas largas horas de gimnasio, que tan duras nos resultan a la mayoría.

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