martes, 15 de enero de 2008

Bajar de peso con dieta y ejercicio

Perder kilos es un proceso que hay que incorporar a la vida diaria. Para disminuir el peso, hay que establecer un plan orientado siempre por un profesional, porque no todos los métodos y dietas promocionadas son saludables.

La mayoría de las personas para controlar el exceso de peso son como los fósforos, un rápido resplandor, un poquito de calor y una explosión momentánea de energía.

Solo tienen una meta: perder kilos, pero esta meta es sólo el comienzo de un verdadero plan para controlar el exceso de peso. Por eso, hay que establecer un compromiso, un plan en el que se acuerde el logro de beneficios en el tiempo.

Adoptar un estilo de vida saludable, con cambios en los hábitos alimentarios, como reducir el consumo de azúcares, dulces, grasas, fritos; moderar el tamaño de las porciones, puede ser una buena idea.

En forma lenta

Además es muy importante combinar la dieta con la realización de ejercicio físico, preferentemente todos los días de la semana.

La mejor manera de perder peso es hacerlo lentamente, de manera sostenida y basado en una alimentación equilibrada.

La dieta ideal es la que está balanceada de acuerdo con las asociaciones científicas como la Asociación Dietética Americana o la Asociación Americana del Corazón, que son las que ofrecen unos buenos lineamientos en este sentido. Lo mejor es acudir a un profesional en el área para mantener o lograr la reducción de peso. Siempre acudir al especialista, porque lo que le sirve a una persona no le sirve a otra.

Muchas veces, dejar de comer tampoco implica la reducción de peso porque hay situaciones del metabolismo que se acomodan a una determinada alimentación y a pesar de que la persona coma poco, no va a reducir de peso.

Una meta saludable es reducir entre una a dos unidades el índice de masa corporal, aproximadamente 4.5 a 7.5 kilogramos por debajo del peso actual, para disminuir los riesgos de enfermedad y mejorar los problemas de salud.

Según la Organización Mundial de la Salud, la pérdida máxima de peso por semana, no debe ser más de un kilogramo, y enfatiza que reducciones de 500 a 700 gramos facilitan estabilizar el peso a largo plazo. Esto significa bajar en un mes entre dos, tres o cuatro kilogramos, dependiendo del seguimiento de la dieta y de la periodicidad de la actividad física.

La meta para el peso debe ser realista. Por lo tanto, cada persona debe hacerse promesas que pueda cumplir y que sean el resultado del cambio de sus hábitos. Con este fin la Asociación Americana de Dietética define que lo más importante en el control de peso es lograr un peso saludable.

Este peso lo define la Asociación Americana como el que resulta de la adopción de una conducta alimentaria y la práctica del ejercicio de manera sostenida, lo cual se manifiesta por la reducción del riesgo de enfermar y una sensación de energía y bienestar.

De acuerdo con esta definición, la reducción de peso debe estar enfocada a mejorar la salud, lo cual se evalúa cuando se reduce el índice de masa corporal en una o dos unidades, de las que se tenían cuando se inició el programa de control de peso.

Bajar de peso es un proceso que requiere de la asesoría nutricional, por un profesional, el cual evalúa según las condiciones de edad, sexo, actividad, salud y hábitos alimentarios.

Recomendaciones

Rebajar de peso es un proceso y como tal hay que graduarlo y hacerlo parte de la vida diaria. Es por eso que se recomiendan una serie de principios que le ayudarán en el logro de los objetivos propuestos, según indicó Magnolia Escobar Castrillón.

Así, por ejemplo, existe un control de los estímulos, en las compras, los planes y las actividades.

En las compras, adquiera los alimentos después de haber comido. Compre con una lista. Evite alimentos listos para comer. No lleve más dinero del necesario.

En cuanto a los planes, planee limitar el consumo de alimentos. Haga ejercicio en vez de estar consumiendo mecato. Consuma las comidas y refrigerios en horas fijas. No acepte alimentos ofrecidos por otros.

Entre las actividades, prepare estrictamente lo necesario. Almacene los alimentos donde no los vea fácilmente. Sirva todos los alimentos en un mismo plato. Emplee platos y utensilios más pequeños. Párese de la mesa en forma inmediata después de comer.

De modo que siga la dieta que le prescriba el especialista y tenga muy presentes sus consejos a lo largo de la vida.

Claves para realizar una buena dieta

Ser sensato en cuanto al propósito de reducción de peso.
Realizar actividad física, mínimo tres veces por semana.
Tener un plan alimentario orientado por un profesional en este campo.
No omitir ninguna comida, realizar mínimo tres comidas al día.
No tomar medicamentos sin prescripción médica. Los medicamentos son específicos para cada tipo de persona, de sobrepeso y obesidad. Tampoco ingerir bebidas o batidos, sin la orientación médica.
Dietas “de moda”

Hay dietas que están de moda y se promocionan en publicaciones y libros.

Entre ellas está la dieta Athinks, que es baja en carbohidratos, buena para reducir de peso, pero normalmente es muy alta en grasas, y no tiene los beneficios que se requieren en el área de la salud.

También hay una muy de moda que se conoce como la dieta South Beach, la cual propende por una alimentación balanceada, pero cuando se van a ver las recetas, se encuentra con una gran cantidad de productos que no se hallan en el mercado, lo cual la hace poco práctica.

Ideas bajas en calorías

Prefiera los alimentos bajos en grasas y sin azúcar, denominadas generalmente light. Por ejemplo, el pescado, el jamón bajo en grasa, leche descremada, queso blanco bajo en grasa.
Observe que los jugos o bebidas refrescantes no tengan azúcar o que la hayan sustituido por endulzantes.
Lea las etiquetas para cerciorarse sobre el contenido de calorías.
Consecuencias negativas de algunos planes

Los planes alimentarios que son muy restrictivos empiezan a generar ansiedad en los pacientes por comer algún alimento, lo que conduce a que se produzca irritabilidad. Si son muy restrictivas pueden conducir a problemas de desnutrición.

Un ejemplo de este problema está en suprimir las harinas, pero resulta que los carbohidratos son fundamentales porque mantienen el nivel de glicemia (azúcar) en la sangre y si hay ausencia de glicemia aparece la ansiedad.

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